Los recursos fónicos se valen de los sonidos de las palabras para producir determinados efectos o sensaciones: ritmo, sosiego, ruidos concretos, etc. Los más utilizados suelen ser la aliteración y la onomatopeya.
Aliteración: repetición de uno o varios fonemas con intención expresiva, para reforzar ciertas emociones y sensaciones. Por ejemplo, la repetición de la r suele dar sensación de movimiento; el de la u, de oscuridad o angustia. ¿Qué te transmite a ti la aliteración de la l en los siguientes ejemplos?
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero...
(Miguel Hernández)
Con el ala aleve del leve abanico.
(Rubén Darío)
Onomatopeya: palabra o frase cuyos sonidos sugieren el de la realidad a la que se refieren: tictac, tintineo, guirigay, murmullo, traqueteo, zumbido, zigzag, gorgoteo, cuco, croar...
Un no sé qué que quedan balbuciendo.
(San Juan de
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